1.
Mira ese punto. Eso es aquΓ. Eso es nuestro hogar. Eso somos nosotros. En Γ©l, todos los que amas, todos los que conoces, todos de los que alguna vez escuchaste, cada ser humano que ha existido, viviΓ³ su vida. La suma de todas nuestras alegrΓas y sufrimientos, miles de religiones seguras de sΓ mismas, ideologΓas y doctrinas econΓ³micas, cada cazador y recolector, cada hΓ©roe y cobarde, cada creador y destructor de civilizaciones, cada rey y campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, niΓ±o esperanzado, inventor y explorador, cada maestro de la moral, cada polΓtico corrupto, cada βsuperestrellaβ, cada βlΓder supremoβ, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie, viviΓ³ ahΓ βen una mota de polvo suspendida en un rayo de sol.
[β¦]
Nuestro planeta es una solitaria mancha en la gran y envolvente penumbra cΓ³smica. En nuestra oscuridad βen toda esta vastedadβ, no hay ni un indicio de que vaya a llegar ayuda desde algΓΊn otro lugar para salvarnos de nosotros mismos. La Tierra es el ΓΊnico mundo conocido hasta ahora que alberga vida. No hay ningΓΊn otro lugar, al menos en el futuro prΓ³ximo, al cual nuestra especie pudiera migrar. Visitar, sΓ. Asentarnos, aΓΊn no. Nos guste o no, por el momento la Tierra es donde tenemos que quedarnos. Se ha dicho que la astronomΓa es una formadora de humildad y carΓ‘cter. Tal vez no hay mejor demostraciΓ³n de la locura de los conceptos humanos que esta distante imagen de nuestro minΓΊsculo mundo. Para mΓ, subraya nuestra responsabilidad de tratarnos mejor los unos a los otros, y de preservar y querer ese punto azul pΓ‘lido, el ΓΊnico hogar que siempre hemos conocido.
Los rayos ultravioleta nos queman a todos. Nuestros cuerpos estΓ‘n compuestos de agua dulce en una proporciΓ³n casi idΓ©ntica a la de la Tierra, y de agua salada en una proporciΓ³n casi idΓ©ntica a la de los ocΓ©anos. Somos poemas sobre el hiperobjeto que es la Tierra.
[β¦]
Somos libros de texto sobre calentamiento global y materiales nucleares andantes, entrecruzados con caligrafΓa interobjetiva.
[β¦]
La estrategia de este libro es despertarnos del sueΓ±o de que el mundo estΓ‘ por terminar, porque tomar acciΓ³n en la Tierra (la Tierra real) depende de ello. El fin del mundo ya ha ocurrido. Podemos ser increΓblemente precisos sobre la fecha en que el mundo terminΓ³. Normalmente, la conveniencia no se asocia con la historiografΓa, ni tampoco con los tiempos geolΓ³gicos. Pero en este caso, es increΓblemente claro. Fue en abril de 1784, cuando James Watt patentΓ³ la mΓ‘quina de vapor, un acto que comenzΓ³ con el depΓ³sito de carbono en la corteza terrestre, es decir, el inicio de la humanidad como una fuerza geofΓsica a escala planetaria.
Manifiesto Chthuluceno desde Santa Cruz
Donna Haraway
Texto Libre
En el Antropoceno [β¦], las entidades [β¦] pueden unirse (y lo hacen) en una doble muerte aceleradora, provocada por la arrogancia de quienes industrializan, supertransportan y capitalizan mares, tierras, aires y aguas. En el Antropoceno las fuerzas tentaculares son las del fuego nuclear y el carbΓ³n; queman al hombre hacedor de fΓ³siles que quema mΓ‘s y mΓ‘s fΓ³siles de manera obsesiva, creando cada vez mΓ‘s fΓ³siles en una parodia lΓΊgubre de las energΓas terrestres. [β¦] Espantosos poderes surgen, inscritos en las rocas y la quΓmica de los mares.
[β¦]
El Antropoceno serΓ‘ corto. Es mΓ‘s bien un evento fronterizo que una Γ©poca, similar al lΓmite K/Pg (la extinciΓ³n masiva del CretΓ‘cico-PaleΓ³geno).
LA NATURALEZA
Bill McKibben
EdiciΓ³n impresa
Una idea, una relaciΓ³n, tambiΓ©n puede extinguirse, como un animal o una planta. La idea en este caso es βnaturalezaβ: aquella provincia independiente y salvaje, un mundo aparte al que el hombre tuvo que adaptarse, bajo cuyas reglas naciΓ³ y muriΓ³. En el pasado, daΓ±amos y contaminamos partes de esa naturaleza, infligimos βdeterioroβ ambiental. Pero fue como apuΓ±alar a un hombre con mondadientes: aunque duele, molesta, degrada, no toca Γ³rganos vitales, ni bloquea el paso de la linfa o la sangre. Nunca pensamos que habΓamos destruido la naturaleza. En el fondo, nunca pensamos que podrΓamos: era demasiado grande, demasiado antigua; sus fuerzas βel viento, la lluvia, el solβ eran demasiado poderosas, demasiado elementales. Pero, por accidente, resultΓ³ que el diΓ³xido de carbono y otros gases que producΓamos en nuestra bΓΊsqueda por una vida mejor... podΓan alterar el poder del sol, podΓan aumentar su calor. Y ese aumento podrΓa cambiar los patrones de humedad y aridez, generar tormentas en nuevos lugares, generar desiertos...
[β¦]
Creo que, sin reconocerlo, ya hemos pasado el umbral del cambio: que llegamos al final de la naturaleza. Y con βel final de la naturalezaβ no me refiero al fin del mundo. La lluvia seguirΓ‘ cayendo y el sol brillarΓ‘, aunque de forma diferente. Cuando digo βnaturalezaβ, me refiero a un conjunto de ideas humanas sobre lo que es el mundo y nuestro lugar en Γ©l.
La Naturaleza es un concepto planteado desde un prisma antropocΓ©ntrico. EstΓ‘ diseΓ±ado para los humanos, asΓ que no es directamente relevante para hablar de ecologΓa.
La perspectiva romΓ‘ntica que contrasta la industria moderna que βdestruye la naturalezaβ con nuestros ancestros que βvivieron en armonΓa con la naturalezaβ no tiene fundamento. Mucho antes de la RevoluciΓ³n Industrial, el Homo sapiens tenΓa el puesto nΓΊmero uno, entre todos los organismos, por llevar a su extinciΓ³n al mayor nΓΊmero de especies de plantas y animales. Tenemos el dudoso honor de ser la especie mΓ‘s mortΓfera en las pΓ‘ginas de los annales de la vida.
CHILDREN OF THE DUST
Louise Lawrence
VersiΓ³n en inglΓ©sο»Ώ
Β‘Homo sapiens! El nombre en sΓ mismo era una ironΓa. No fueron inteligentes en absoluto, sino increΓblemente estΓΊpidos. SeΓ±ores de la Tierra con sus grandes cerebros grises, sus cabezas pensantes los mantenΓan por encima de todas las demΓ‘s formas de vida. Sin embargo, nunca consideraron que nada tenΓa esto que ver con su forma de actuar, guiados por sus emociones. Desde los albores de su evoluciΓ³n habΓan matado, conquistado y sometido. HabΓan cometido atrocidades contra otros de su clase, devastaron la tierra, contaminaron y destruyeron, dejaron a millones de personas muriendo de hambre en los paΓses del Tercer Mundo y lo terminaron todo con un holocausto nuclear. [β¦] Las criaturas inteligentes no cometen genocidio, ni aniquilan el ambiente del que dependen.
Imagina a nuestros descendientes en el aΓ±o 2200 o 2500. Nos podrΓan comparar con extraterrestres que trataron a la Tierra como si fuera una simple parada para reabastecerse de combustible, o incluso peor, vernos como bΓ‘rbaros dispuestos a saquear su propia casa.
LA MΓQUINA SE PARA
E. M. Forster
Texto en inglΓ©s
Nadie confesaba que la MΓ‘quina era incontrolable. AΓ±o tras aΓ±o se la servΓa con mΓ‘s eficacia y menos inteligencia. Cuanto mejor conocΓa un hombre sus obligaciones respecto a ella, menos comprendΓa las de su vecino, y no habΓa en todo el planeta un solo cerebro que comprendiera el monstruo en su conjunto. Esas mentes privilegiadas se habΓan extinguido. HabΓan dejado instrucciones completas, cierto es, y cada uno de sus sucesores habΓa llegado a dominar un fragmento de esas instrucciones. Pero la humanidad, en su deseo de comodidades, habΓa excedido sus lΓmites. HabΓa sobreexplotado las riquezas de la naturaleza. Con calma y satisfacciΓ³n, iba hundiΓ©ndose en la decadencia, y el progreso habΓa acabado significando progreso de La MΓ‘quina.
La Primavera Silenciosa
Rachel Carson
Texto Libre
SΓ³lo en el momento del tiempo representado por el siglo presente es que una especie βel hombreβ ha adquirido un poder tal que le permite alterar la naturaleza de este mundo.
Lo que las grandes industrias llaman innovaciΓ³n, en otras palabras, se parece mΓ‘s a la agonΓa suicida del fin de una adicciΓ³n. Estamos volando en mil pedazos el lecho rocoso de nuestros continentes, bombeando nuestra agua con veneno, talando las cimas de las montaΓ±as, araΓ±ando los bosques boreales, poniendo en peligro la vida de las regiones mΓ‘s profundas del ocΓ©ano y forcejeando para explotar el Γrtico que se derrite; todo para encontrarnos con las ΓΊltimas gotas y rocas. SΓ, todo esto es posible gracias a una tecnologΓa muy avanzada: pero no es innovaciΓ³n, es locura.
SOIL NOT OIL
Environmental Justice in an Age of Climate Crisis
Vandana Shiva
Libro electrΓ³nico
Conferencia
Proyecto
La naturaleza se contrae conforme el capital crece. El crecimiento del mercado no puede resolver la crisis que Γ©l mismo crea.
FUTURE CITY
Frederic Jameson
Texto Libre en inglΓ©s
Es mΓ‘s fΓ‘cil imaginar el fin del mundo que imaginar el fin del capitalismo.
Es preciso explicar el Antropoceno de otro modo
Joanna Zylinska en entrevista para
CCCBLAB
El mundo se resquebraja, incluso llega a su fin y por lo visto nosotros contribuimos a ello a pesar de, por otra parte, haber creado una burbuja de productos culturales que nos permiten experimentar el apocalipsis y nos refrenan de pasar a la acciΓ³n.
CAMBIEMOS EL MUNDO
Greta Thunberg
Discurso en espaΓ±ol
βLa primera vez que oΓ hablar de algo llamado βcambio climΓ‘ticoβ o βcalentamiento globalβ tendrΓa unos ocho aΓ±os. Era algo que, por lo visto, habΓamos provocado los seres humanos con nuestro estilo de vida. Me dijeron que apagara las luces para ahorrar energΓa y que reciclara el papel para ahorrar recursos. Recuerdo que pensΓ© que era muy extraΓ±o que los seres humanos, siendo solo una especie animal mΓ‘s, fuΓ©semos capaces de cambiar el clima de la Tierra. Porque si fuera asΓ y realmente estuviera sucediendo eso, no se hablarΓa de otra cosa. Al encender el televisor todo girarΓa en torno a ello: titulares, emisoras de radio, periΓ³dicos. No leerΓamos ni oirΓamos hablar de otro tema. Como si hubiera una guerra mundial. Pero nunca se hablaba de esto. Si quemar combustibles fΓ³siles era tan malo que amenazaba nuestra misma existencia, ΒΏpor quΓ© seguΓamos como antes? ΒΏpor quΓ© no habΓa restricciones? ΒΏpor quΓ© no los prohibΓan? Para mΓ no tenΓa sentido. Era demasiado increΓble.β
LOS GUARDIANES DE LA LIBERTAD
Noam Chomsky
VersiΓ³n en espaΓ±ol
Documental
En todas partes, desde la cultura popular hasta el sistema de propaganda, existe una presiΓ³n constante para hacer que la gente se sienta indefensa e impotente, que crea que el ΓΊnico papel que puede tener es ratificar decisiones y continuar consumiendo.
A menudo, y con sentimentalismo, hablamos de estar βencantadosβ por el mundo natural. Pero ΒΏy si es al revΓ©s? ΒΏquΓ© pasa si estamos encantados, literalmente, por el mundo humano en el que vivimos? Esto parece mucho mΓ‘s probable: que el mundo de consumo sea una especie de hechizo tranquilizante, cuya melodΓa se repite eternamente por televisiΓ³n, en los espectaculares, en los suburbios. Un hechizo que nos convence de que las cosas que mΓ‘s deseamos en el mundo son comodidad, conveniencia, seguridad. Un hechizo que, a estas alturas, ya nos cantamos unos a otros. Un hechizo que, si comienza a debilitarse, tratamos de reactivar con medicaciΓ³n, con consumo, con ruido. Un ligero encantamiento frenΓ©tico, cuyo poder tiene que estar en constante crecimiento para contener la inquietante pregunta que no deja de aparecer en lo mΓ‘s profundo de nuestra mente: βΒΏEsto es todo lo que hay?β
Aprendiendo a morir en el Antropoceno
Roy Scranton
ArtΓculo en inglΓ©s
Los mayores problemas que plantea el Antropoceno son precisamente aquellos que siempre han estado en la raΓz del cuestionamiento humanΓstico y filosΓ³fico: βΒΏquΓ© significa ser humano?β y βΒΏquΓ© significa vivir?β En la Γ©poca del Antropoceno, la cuestiΓ³n de la mortalidad individual: βΒΏquΓ© significa mi vida frente a la muerte?β, se universaliza y se enmarca en escalas que asombran a la imaginaciΓ³n. ΒΏQuΓ© significa la existencia humana contra 100,000 aΓ±os de cambio climΓ‘tico? ΒΏquΓ© significa una vida ante la muerte de una especie o el colapso de la civilizaciΓ³n global? ΒΏcΓ³mo hacemos elecciones significativas a la sombra de nuestro inevitable fin?
LA VIDA SIMPLE
Sylvain Tesson
Texto en espaΓ±ol
Documental en francΓ©s